lunes, 1 de agosto de 2011

Suave... Despacio

Suave, despacio… sin hacer daño… son ochenta y ocho caminos que tienes por recorrer
Entre cincuenta y dos blancos y treinta y seis negros  tus manos cubiertas por guantes,
En un mágico gesto pianístico con perfecta ergonomía musical, danzan sin cesar
Mi pianista en movimiento. Masas, inercias, palancas, fuerzas, acciones y reacciones
Tu respiración y la mía dialogan en un ir y venir de roces y sensaciones.
Mientras deslizas tus huellas, yo vibro y transmito tu alma en “LA” frecuencia perfecta…
No están tus ojos, no estás aquí, ya no distingo tus manos en mi camino, el mundo se te ha ido
No eres autómata, te conectas y tu luz proyectas, las notas salen solas, y el cielo se desborda
Se detiene el tiempo, manejas a tu merced los silencios, compones mi alma y sacias mi sed
Dulce melodía, mágico transitar que me paraliza, hasta mi corazón sordo lograste domar
Aquella música compuesta de alma.. Era suya, solo suya… y yo la sabía recitar… te sentía palpitar
La habitación, las calles, el roció, y el amanecer irrumpieron en todo su ser, con solo rozar mi piel
Me llenas, me vacías, me inspiras, me iluminas, eres premio nobel mientras me acaricias
Melodiosos suspiros  que tu cuerpo entona, me vuelan las faldas al son de tu aroma
Vertimos los cuerpos, perfumamos la noche con sutiles sonetos.  Bésame, hazme jazz…
Penetra mis poros, mis ojos serán tu  panal… soy tu piano y perfecto compas

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