sábado, 27 de agosto de 2011

Mi alma

Condenada esta mí alma de tanto guardar esperanzas
Pluvia de letras, ríos de versos, océanos de poemas dejas mientras te alejas
Sobre la balsa de la confianza naufrago en otras aguas 
Sin certeza, sin verdad, sin saber si encontraré un vendaval

Remo sin cesar, oro sin parar, susurro mí tiempo perdido
Te invoco y te has desvanecido
Y aún te resguardo en mi baúl dorado, lo cierro y escondo la llave
Lo agito  y lo siento vacio

Mientras reposo ahora en mi alcoba recuerdo misionera tu obra
“El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz”.
Si tanto he actuado en servicio, dime donde duerme mi paz?

Imploro no saber la verdad, la verdad es relativa lo sé
Lo he podido comprobar en mi corto andar, Solo escucho “mi niña ten fe”
 y me canta al oído la frase de un iluminado ser
“La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada”
Quien osa verme a los ojos se encandilan con su brillantez
Entonces dime, ¿dónde duerme mi fe?

Hoy se levanta un día más, abro mis ojos y a mi lado no estás
Recuerdo a Mencken su frase recitar: Aquél que tiene fe no está nunca solo.
Dime entonces porqué tiemblo sino estoy solo?

Monzón, tinieblas, chubascos, solo eso presiento y contemplo
Lloviznas, roció, tormentas, trombas con mezcla voraces  vientos
Remolinos internos, vórtices de recuerdos, granizo de sueños
Rayos que paralizan mi mente, me arrodillo ante vos
San Agustín me dice; “la fe es necesaria, sino crees en nada serás desgraciada”
Si afuera llueve mira hacia adentro, y si adentro llueve ¿cómo hago con esto?
Sé lo que se avecina mi cielo, bríndame sombrillas de nuevo…..


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