miércoles, 29 de junio de 2011

Mi llave... Tu llave

¿Cómo calmar el alma, la piel, la vida?,  ¿cómo entender el tiempo?, ¿cómo entender el momento?, ¿cómo vivir la vida sin dejar que pase el tiempo?, ¿cómo vivir cada día sin morir viviendo?
Hoy me dedico a dejar fluir de mí ser aquello que solo el corazón y el alma reclama, dejar salir con palabras un sentir que solo está guardado en alguien que ama.
No sé si algún día estas palabras lleguen a ti, no sé si algún día estas palabras estén en papel, no sé si algún día puedas vivir lo que yo vivo en este instante, no sé si algún día puedas sentir como yo siento. Lo que si se, es que este día es el día, es el tiempo, es el plasmar desde mis dedos, desde una pluma olvidada, lo que solo el alma grita en silencio….
Solo siento, solo vivo el amor, un sentimiento, una sensación, un valor, una vivencia, una palabra, un instante y una eternidad.
El amor por cada detalle, por cada momento, por lo mágico de la vida, de la muerte, de la persona, del ser, de la convivencia, de la soledad, de la niñez, de la adolescencia y de la vejez.
Y es que cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo es un espacio para creer, crecer, nacer, vivir y renacer del amor. Es un ciclo que se repite y se transforma diariamente, cotidianamente. Nacemos del amor y morimos por amor….
Esta aventura está repleta de alegría con sus sonrisas, de tristeza con sus lágrimas, de esperanzas con sus suspiros; pero por sobre todas las cosas está llena de ti. Regálate el permiso de leerte, de sentirte vivo de saber que no estás solo en este camino hacia el amor infinito. Permítete un instante mágico para avivar tu alma. Consiéntete con el silencio, con la paz, con la luz, la quietud, con la serenidad y la sutileza de una caricia, de un beso, de un abrazo.
Espero que mi alma sea reflejo de la tuya, que mi espejo se convierta en tu imagen y tu imagen sea eco del amor eterno.
Así empieza mi historia, tu historia y la de muchos que hablan nuestro idioma, el idioma universal; el idioma que no necesita traductor, que solo basta con la sintonía perfecta de sus interlocutores; se que sonríes…. Es que ya debes saber a qué me refiero. Toma…, te entrego la llave, para que puedas abrir la puerta de mi espacio de luz multicolor, de mi alma hecha palabra y de mi palabra que da la bienvenida al renacer del amor.

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